Seguidores

martes, 24 de mayo de 2016

Mi amor alimenta gusanos

Te quiero, cariño, con toda mi alma. Disfruto mucho con tu compañía, aprecio horrores tu comprensión, tu amabilidad, tu saber estar, incluso tus silencios. Me encanta el tacto de tu fría piel seca y arrugada. Adoro mordisquear y gozar de tus carnes putrefactas, hundiéndome en tus brazos inertes, inhalando tu aroma a cadáver. Es insoportable el terror que siento cada noche cuando me cuelo en tu nicho, y no por el peligro de que me pillen, sino porque siempre pienso que podría encontrarte con otro y no lo podría superar. Me pegaría un tiro para bajar al infierno y encontrarte en él, para poder seguir follando con tu alma. Pero, hasta ese momento, prefiero usar tu cadáver maravilloso para aplacar mis ansias enfermizas. Lo malo es que el miedo a perderte cada vez se hace mayor, como cada vez es mayor el amor que siento a tu no-persona. No sé qué hacer. Quizá debería quedarme encerrado aquí contigo, así no nos podrían separar jamás y podría acabar mis días mancillando por última vez tus deshechas carnes de octogenaria, perdiendo el aliento lentamente, quedándome sin oxígeno, sin consciencia, sin vida…



Relato ganador del segundo premio el Concurso "Microlove III" de El Círculo de Escritores




miércoles, 4 de mayo de 2016

Gerardo el Bastardo, el terror de los siete bares

"¡Pota va!" se oyó una vez más en uno de los rincones del puerto, mientras los tropezones se estrellaban estrepitosamente contra el suelo, salpicando unos zapatos zarrapastrosos ya de por sí muy carcomidos por antiguas batallas con el alcohol. La gente, asustada, se volvió hacia Él. Algún empanau confundió el ruido con una ejecución pública y empezó a correr (o a correrse) como un adolescente con el Diablo entre las piernas. La gente de bien lo miraba con una mezcla de asco-pena horrible: asco por ser siempre el mismo borrachuzo pendenciero dando el cante y pena por que por la pinta que tenía debía estar vomitando los últimos trozos del hígado antes de reventar. Pero a Él se la sudaba. Ni existían. Solo era gente rica, gente normal asquerosa, bastardos con dinero y clase pero sin cerebro. Era un odio recíproco y acordado de antelación.

"Bah, que se jodan", pensó, mientras masticaba uno de los sabrosos tropezones, al tiempo que se erguía y se subía esos pantalones sucios y agujereados, tapando su frondoso bosque de coral custodiado por una arrugada anguila eléctrica sin batería y su negro cráter marino que expulsa y absorbe porquería por igual. Se dirigió hacia el mar. "Lo mejor para la resaca, un buen viaje en txalupa, botella en mano mientras alguien me la chupa", murmuró entre dientes y reunió a su desastrosa tripulación. Se metió en su cuartel de mando, también conocida como "La Pocilga" y se abrió una botella de aguardiente casero mientras se tiraba en la cama. 

Ese era su secreto para ser un buen capitán. Tenía una mentalidad avanzada a su época. Mientras la mayoría de bribones seguía la ancestral tradición de llevar las riendas del barco con una mano y con la otra un barril de licor, y entre ellas una cogorza del carajo, Él prefería dejar esa labor en las manos callosas y pajilleras de alguien más cualificado, para poder pasar así el tiempo en la cama bebiendo y yaciendo con hermosas mujeres infectadas seducidas con promesas falsas de tesoros inexistentes. 

El ruido que sacaban las olas al chocar contra el barco era casi tan relajante para el muy bastardo como vaciar su escroto en los pechos de una bella mujer. Ya casi ni se acordaba de la resaca, el placer empezaba a hacerle sombra. Por desgracia, justo en el punto álgido de insertar su mástil en la cubierta trasera de una (des)afortunada filibustera, sintió como lo estremecían unos ruidos y chillidos extraños. Acojonadizo como era, salió al exterior enseguida para ver que pasaba, sin tiempo de guardarse la chorra siquiera. Una enorme bola de cañón cruzó por encima de su cabeza reventando el mástil central (el del barco, no el suyo), mientras la bandera de su barco caía lentamente sobre su cráneo. Y así, como una vieja con mantillo, observó como su tripulación era masacrada por otros piratas mucho más feroces y sanguinarios. Algunos intentaban escapar tirandose al mar, pero no lo conseguían, pues eran alcanzados al final y solo lograban llegar al agua bifurcados y aniquilados. Otros más dignos intentaban hacerles frente inutilmente, ya que caían muertos de todas formas. El fuego había empezado además a hacer del barco su presa, extendiéndose poco a poco por todos los lados. 

"¿Y qué hizo nuestro héroe?" os preguntaréis. Pues lo que se esperaba de Él. Se escondió en su camarote al grito de "¡estamos jodidos!" y se escondió en un barril vació, sin acordarse de que en cuestión de segundos sería devorado por el fuego. Y así murió, como el auténtico pringau que era.






Relato para el concurso "El pirata" de El Círculo de Escritores

domingo, 1 de mayo de 2016

The Meteors

Hoy vengo con otra recomendación, esta vez musical. Os voy a hablar de un  grupo que a mí personalmente me revienta el cerebro: The Meteors. Una banda inglesa que lleva tocando sin parar desde los años 80 y sin dejar de sacar álbumes. Tienen tantos que es estúpido intentar contarlos. Son los reyes autodenominados del género psychobilly (básicamente porque lo inventaron ellos) y para mí son la ostia.

Para quien no lo sepa el psychobilly es un género extraño que mezcla rockabilly y punk, con toques de blues, surf, rock y un montón de mierdas más. Además llevan una estética sangrienta y gore, con lo que a mí ya me tienen ganado. Las letras son cañeras y siniestras (aunque no todas) y la música es rara pero bonita. Suelen tocar a bastante velocidad (variando del grupo, obviamente), aunque también tocan baladas. Los grupos más míticos del género son The Meteors, Demented Are Go, Os Catalepticos, The Krewmen, Mad Dog Cole, Mad Sin, Nekromantix... (espero hacer más recomendaciones sobre alguno de ellos).

Siguiendo con los Meteors, su música me vuelve completamente loco. Es mi grupo favorito sin ninguna puta duda. No soy un erudito de la música, no puedo hablar sobre aspectos técnicos y mierdas de esas, pero os puedo decir que me pone los pelos de punta. Tienen caña, velocidad, sangre, odio pero también tiene amor (amor bizarro pero bueno, ahí lo está). Además, al llevar más de 30 años de trayectoria, su estilo ha evolucionado mucho. Están las primeras canciones que son más rockeras y las de ahora que son más psychobilly puro. Y no puedo decir más. Si os pica el ojete de curiosidad escuchadlo, nada que yo os diga os transmitirá más que oírlo con vuestros putos oídos. Si os gusta iremos todxs juntos al infierno que nos brindan y si no, que os jodan. Así de simple.

Aparte del grupo en sí, la bestia que la lidera tiene más grupos. El cabrón se llama P. Paul Fenech y es un puto demonio. Me encanta su puta enfermedad, si estar tan loco te asegura tocar tan bien yo ya estaría en un puto manicomio, o vendiendo mi alma al Diablo, sin ninguna duda. A lo que iba, si ponéis su nombre en Youtube podréis escuchar su música en solitario. Aparte, tiene otro grupo de rockabilly que se llama The Legendary Raw Deal, el cual también está muy bien, aunque tampoco lo he explorado demasiado. Os incluyo sendas listas con unas cuantas canciones de cada uno (algunas con link a Youtube directamente), las que a mí más me gustan, obviamente.


The Meteors: You ain´t right / Chainsaw boogie / Go buddy go / Insane / Cut by cut / Blue sunshine / Wolfjob / Hell ain´t hot enough for me / Strage times are coming / No surrender / Raging thunder / Slow down you grave robbing bastard / The last temptation / Lie down / My slaughtering ways / We wanna wreck here / King Vlad / Little red riding hood

P. Paul Fenech: Legion´s song / Just killing time / Keep on burning / Whole lotta rosie (creo que es una versión) / I´m gone / A bastards advice / I am a monster / Fuck'em all / Playing with fire / I'd rather be crazy / Riddle / Long time no see / Put your lights on (versión de Santana) / Runaway / The F word

The Legendary Raw Deal: Bowie knife / Southern boys








(imágenes robadas por Google, no tengo los derechos)